... como un árbol que nunca creció,
cómo un amigo que nunca existió,
cómo una mujer que nunca lloró por amor.
Tu eres mi pasado que nunca fue presente,
el inhóspito despertar de un muerto y la imagen que siempre imagine,
pero que nunca viví.
Eres el silencio de mi caprichoso corazón.
Y así de una dulce flor, del más bello amanecer o de la más hermosa sonrisa
Te convertisteis en cenizas, en oscuridad, en ignoracia y en lo peor de todo:
en soledad.
¡Eso eres!
Lo que pienso y lo
que olvido,
lo que no quiero recordar.
Eres nada.
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